xHomer
31-07-2013, 10:43 AM
[center:xs9827c9]https://i.imgur.com/Gp3ehiY.jpg[/center:xs9827c9]
Al finalizar la guerra media Europa estaba dividida entre los Aliados, principalmente EEUU, y la Unión Soviética, se habían repartido el continente y esta diferencia se sostendría durante cincuenta años de Guerra Fría, pero en 1946 todavía era una guerra templada, se detestaban, sí, pero al fin y al cabo habían vencido a los nazis, todavía no se estaban odiando lo suficiente.
El caso es que Coca Cola fue una de las empresas que, ni lenta ni perezosa, se metió de golpe en el viejo continente a recuperar su producción y su clientela, básicamente el problema que tenían los EEUU era que los soldados estacionados allí se la pasaban tomando porquerías de posguerra que hasta habían dejado a unos cuantos soldados ciegos, así que recuperar las plantas de la gaseosa fue un pedido expreso del presidente de EEUU Harry Truman.
El encargado fue un tal Mladin Zarubica quien se encontró en su trabajo con muchas historias pero una de ellas fue la más llamativa, tener que crear una Coca Cola para un General Soviético...
Zarubica había logrado restablecer la producción, en poco tiempo producía en Austria unas 24.000 botellas por día y en dos años había establecido 38 fábricas nuevas, hasta compraba fábricas abandonadas y materiales para evitar que Pepsi entrase en el negocio, fabricaba su propio CO2 porque no encontraba el de calidad, el tipo era un ejecutivo de aquellos.
Pero el pedido más raro vino del lado más curioso, resulta que un día el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, el futuro presidente de EEUU Dwight D. Eisenhower era fan de la gaseosa y en un un encuentro con el Mariscal de la Unión Soviética, Georgy Zhukov le convidó una botella.
Quien iba a creer que a Zhukov la Coca le partiría la cabeza pero tenía un terrible dilema ¿Cómo tomar una Coca que era obvio que era una coca si ésta era representativa del imperialismo norteamericano? Para el hombre que representaba lo más duro de lo soviético esto era mucho más que un acto de traición, hasta destruiría la moral, además de terminar en un Gulag en Siberia cortando árboles congelados con un tenedor.
Zhukov le pasó su inquietud al eneral Mark W. Clark, quien era el comandante del sector aliado ocuado en Austria, éste le pasó el pedido directamente al presidente Harry Truman. Como verán se manejaba este importante pedido en altas esferas, porque en la Europa de Postguerra parecía que no había nada más importante que tomarse una cocucha.
El pedido siguó el camino de arriba hacia abajo, ahora Truman se contactó con el CEO de Coca Cola, James Farley quien coordinó con Miladin Zarubica armarle algún pedido a Zhukov. Era algo realmente importante ¿Cómo hacerlo?
El problema no estaba en enviarle las botellas, al fin y al cabo por más cortina de hierro la frontera de Austria era un colador donde comerciaban todos los oficiales fronterizos, en la mayoría de los casos reliquias nazis, personas o científicos, además de espías y esas menudencias de las diferencias entre sus líderes, pero la Coca Cola tiene una botella característica y un color tan llamativo que no iba a ser fácil de esconder.
[center:xs9827c9]https://i.imgur.com/oN7jGVw.jpg[/center:xs9827c9]
El General ruso era EL emblema soviético, representaba la lucha de los trabajadores oprimidos contra el fascismo y el imperialismo, no se lo podía ver canchero con una coca bien fría en la mano, el horror.
Pero Zarubica era de esos tipos que siempre le encontraban una solución a todo, si en un continente destruído había armado treinta y ocho fábricas en dos años ¿qué iba a impedirle sacarle el color a la Coca Cola?
Pues bien, Zarubica encontró el químico que necesitaba, al fin y al cabo mano de obra barata y con conocimientos sobraba en la zona y logró sacarle el color caramelo a una pequeña producción de la bebida. Bah, no es que fuese difícil, el color se le agrega a la bebida pero el tema era que no debían alterar toda la producción.
Para completar el truco de circo se embotelló en botellas simples, lisas y transparentes con una tapita blanca con una estrella roja en el medio, un detalle super cool para la cocucha del general. El primer envío de 50 cajas salió para la frontera y, como era de esperar, este envío "especial" para Zhukov pasaba todos los controles sin ser siquiera inspeccionado por las autorizades fronterizas.
Durante años el flujo de gaseosa sin etiqueta ni color siguió pasando por la frontera austríaca, el general luego siguió su carrera política por Moscú y hay datos de cuantas botellas más siguieron llegándole.
La historia proviene del libro "For God, Country, and Coca Cola: The Definitive History of the Great American Soft Drink and the Company That Makes It" de Mark Pendergrast y es poco importante si es verdad o no pero, hey, es un libro sobre la historia de la gaseosa!
Por Fabio Baccaglioni
Al finalizar la guerra media Europa estaba dividida entre los Aliados, principalmente EEUU, y la Unión Soviética, se habían repartido el continente y esta diferencia se sostendría durante cincuenta años de Guerra Fría, pero en 1946 todavía era una guerra templada, se detestaban, sí, pero al fin y al cabo habían vencido a los nazis, todavía no se estaban odiando lo suficiente.
El caso es que Coca Cola fue una de las empresas que, ni lenta ni perezosa, se metió de golpe en el viejo continente a recuperar su producción y su clientela, básicamente el problema que tenían los EEUU era que los soldados estacionados allí se la pasaban tomando porquerías de posguerra que hasta habían dejado a unos cuantos soldados ciegos, así que recuperar las plantas de la gaseosa fue un pedido expreso del presidente de EEUU Harry Truman.
El encargado fue un tal Mladin Zarubica quien se encontró en su trabajo con muchas historias pero una de ellas fue la más llamativa, tener que crear una Coca Cola para un General Soviético...
Zarubica había logrado restablecer la producción, en poco tiempo producía en Austria unas 24.000 botellas por día y en dos años había establecido 38 fábricas nuevas, hasta compraba fábricas abandonadas y materiales para evitar que Pepsi entrase en el negocio, fabricaba su propio CO2 porque no encontraba el de calidad, el tipo era un ejecutivo de aquellos.
Pero el pedido más raro vino del lado más curioso, resulta que un día el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, el futuro presidente de EEUU Dwight D. Eisenhower era fan de la gaseosa y en un un encuentro con el Mariscal de la Unión Soviética, Georgy Zhukov le convidó una botella.
Quien iba a creer que a Zhukov la Coca le partiría la cabeza pero tenía un terrible dilema ¿Cómo tomar una Coca que era obvio que era una coca si ésta era representativa del imperialismo norteamericano? Para el hombre que representaba lo más duro de lo soviético esto era mucho más que un acto de traición, hasta destruiría la moral, además de terminar en un Gulag en Siberia cortando árboles congelados con un tenedor.
Zhukov le pasó su inquietud al eneral Mark W. Clark, quien era el comandante del sector aliado ocuado en Austria, éste le pasó el pedido directamente al presidente Harry Truman. Como verán se manejaba este importante pedido en altas esferas, porque en la Europa de Postguerra parecía que no había nada más importante que tomarse una cocucha.
El pedido siguó el camino de arriba hacia abajo, ahora Truman se contactó con el CEO de Coca Cola, James Farley quien coordinó con Miladin Zarubica armarle algún pedido a Zhukov. Era algo realmente importante ¿Cómo hacerlo?
El problema no estaba en enviarle las botellas, al fin y al cabo por más cortina de hierro la frontera de Austria era un colador donde comerciaban todos los oficiales fronterizos, en la mayoría de los casos reliquias nazis, personas o científicos, además de espías y esas menudencias de las diferencias entre sus líderes, pero la Coca Cola tiene una botella característica y un color tan llamativo que no iba a ser fácil de esconder.
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El General ruso era EL emblema soviético, representaba la lucha de los trabajadores oprimidos contra el fascismo y el imperialismo, no se lo podía ver canchero con una coca bien fría en la mano, el horror.
Pero Zarubica era de esos tipos que siempre le encontraban una solución a todo, si en un continente destruído había armado treinta y ocho fábricas en dos años ¿qué iba a impedirle sacarle el color a la Coca Cola?
Pues bien, Zarubica encontró el químico que necesitaba, al fin y al cabo mano de obra barata y con conocimientos sobraba en la zona y logró sacarle el color caramelo a una pequeña producción de la bebida. Bah, no es que fuese difícil, el color se le agrega a la bebida pero el tema era que no debían alterar toda la producción.
Para completar el truco de circo se embotelló en botellas simples, lisas y transparentes con una tapita blanca con una estrella roja en el medio, un detalle super cool para la cocucha del general. El primer envío de 50 cajas salió para la frontera y, como era de esperar, este envío "especial" para Zhukov pasaba todos los controles sin ser siquiera inspeccionado por las autorizades fronterizas.
Durante años el flujo de gaseosa sin etiqueta ni color siguió pasando por la frontera austríaca, el general luego siguió su carrera política por Moscú y hay datos de cuantas botellas más siguieron llegándole.
La historia proviene del libro "For God, Country, and Coca Cola: The Definitive History of the Great American Soft Drink and the Company That Makes It" de Mark Pendergrast y es poco importante si es verdad o no pero, hey, es un libro sobre la historia de la gaseosa!
Por Fabio Baccaglioni